28 Capítulo-Nómadas

Llegamos al bosque, y estaban Carlisle, Emmet y Jasper, era muy lindo todo el bosque, en verdad aun no conocía todo de el, Edward tenia razón, faltaba mucho que conocer y en verdad valía la pena
Estaba muy feliz, porque me hallan dicho algo de la verdad, y podía esperar un poco mas, pero lo que me daba muchísima curiosidad es donde estaría Nahuel?
Ya se el era mi mejor amigo, o aun mas, va eso consideraba yo pero acaso se habría ido algún lugar en especial?. Pensé en el todo el tiempo, mientras estábamos en el bosque, Edward y Bella, me miraban con preocupación
- Que pasa ness? - Me preguntó Edward
- Nada, me da curiosidad donde esta Nahuel, ¿volverá pronto?
- Si, quédate tranquila Ness, él no te va abandonar…
¿QUÉ?, como me iba a decir eso, a mi la verdad no se me había ocurrido eso, y me asustaron mas, pero si el me decía que volvería, tendría que confiar en que así seria.
- ¿Seguro que no? ¿Porque no esta aquí? ¿ Llegara pronto?
- Ness no lose, tenia cosas importantes que hacer, lo bueno es que llegara, me lo dijo antes de que se vaya, deja de preocuparte por él y diviértete en el bosque. Para eso te trajimos aca, no para que andes cuestionando sobre Nahuel. Ahora ven, hagamos algo. ¿Quieres jugar peleas, carreras, quieres cazar? ¿Qué quieres hacer preciosa? Hoy es tu día y solo te prestaremos atención a ti.
Tenía razón, no debía cuestionarme y estar todo el tiempo pensando en Nahuel, pero nada me complacía, no entendía porque no estaba aquí. No me había dicho nada, y eso me hacía dudar. Pero lo mejor que podía hacer era divertirme, y el tiempo pasará más rápido.
- Esta bien, esperaré, pero si en unos días no aparece, no haré mas que caer en una depresión. Lo extraño demasiado y ustedes lo saben. Es como un… hermano para mí y lo quiero mucho - Les lancé una mirada a los cinco, pero solo vi sinceridad, sabia que algo me ocultaban, pero en verdad ellos decían la verdad acerca de Nahuel, el volvería y esperaba que sea pronto
- Te reto a cazar un jaguar Ness. El primero que lo caza se lo queda… no vale compartir - me retó Emmet, emocionado. Siempre compitiendo, le encantada competir contra nosotros, especialmente contra mí. Se emocionaba al verme cazar, decía que era demasiado tierna cazando o algo así, yo nunca me vi y no tenia tiempo para pedirle a alguien que me grabe, había cosas mas importantes.
- Vale.
- Preparados…
- Listos…
- ¡YA! – gritó papá
Y Edward, Emmet y yo fuimos a buscar nuestro bendito jaguar. Mamá y Carlisle se quedaron mirándonos. Salimos disparados, corríamos a velocidades nunca vistas. Los más rápidos éramos papá y yo. Él me ganaba por un poquito, pero yo sabía que algún día le iba a ganar una carrera. Por supuesto heredé sus capacidades de correr de él, y la fuerza de mamá.
Emmet y Edward fueron derecho, yo en un momento doblé para que no me sigan el paso. Yo era la mejor rastreadora de los tres, aunque por supuesto no tenía el don de rastrea, era la que siempre ganaba en estos juegos. Emmet todavía me carga diciendo que tengo un poder fallido de rastreo, y yo lo respondo que el tiene un poder fallido de fuerza, es la única manera que puedo cargarlo.
En un momento escuché a alguien gritando “RENESMEE”. No era la voz ni de mi madre ni de Carlile. Era otra voz familiar. Me puse a pensar y sí. Era la voz de él. Me volví y lo vi, ahí siguiéndome. Pare de correr y fui directamente hacia sus brazos.
- ¡NAAAAHUEEELLLL!
- ¡Nessie! – me abrazó tan fuerte que me levantó.
- ¿Por qué te fuiste?
- Tuve que resolver unos asuntos, Ness.
Lo miré con cara de ofendida.
- Lo siento, Ness, tardé demasiado, pero aquí estoy.
- Sí, por suerte.
Le tenía que contar y preguntar muchas cosas, pero ese no era el momento adecuado, aunque si era el lugar perfecto, en ese momento estaba cazando un jaguar, y no me podía desconcentrar, aparte tampoco quería pelearme con Nahuel, ya que era obvio que no me iba a querer contar la verdadera historia.
- Después me vas a tener que contar todo, eh. Y no te voy a aceptar ningún tipo de excusa.
- Luego hablaremos bien, Ness…
- Bien. ¿Me ayudas a cazar un jaguar?
- ¡Claro! ¿Estás compitiendo contra Emmet.
- Sí y mi padre.
- Perfecto. No te preocupes. Les ganaremos.
Me guiño el ojo y nos pusimos en marcha.
Nos recorrimos casi todo el perímetro de lo que conocíamos del bosque pero no encontramos ningún rastro de jaguar. En una de esas nos topamos con Emmet y Edward.
- ¡Nahuel! – saludó papá.
- ¡Qué bueno que llegaste! No sabes lo mucho que te extrañaron por aca… - me burló Emmet, como siempre. Nunca me iba a esperar una actitud madura que venga por su parte.
Nahuel me miró y me guño un ojo. En ese mimento me sonrojé.
- Bueno, bueno. ¿Pudieron encontrar algo?
- No. No hay rastros, puede ser que no sea el día adecuado. Hace un poco de frío…
- Sí puede ser…
- ¿Volvemos? – sugirió Nahuel
Emmet y yo nos miramos.
- Me parece que es la mejor idea – agregó Edward.
- Si, supongo… - respondimos Emmet y yo al mismo tiempo y volvimos con Bella y Carlile.
- ¿Y? ¿Quién ganó? – preguntó Carlile.
- Nadie, suponemos que por el clima se han ocultado.
- Sí, es la mejor explicación – dijo mi madre
De repente escuchamos unos ruidos. Todos se volvieron. Mi padre le hizo una seña a mi madre para que saque el escudo, quizá podía leer algo. Mi madre obedeció y la cara de Edward mostraba preocupación. Le hizo una seña a Nahuel para que me llevase a casa.
- Vamos Ness. – dijo Nahuel
- P-pero…
- Renesmee. Vete con Nahuel – me ordenó mi padre. – es peligroso.
- Bien. – le respondí resignada.
Al instante aparecieron unos vampiros… suponía que eran nómadas por como vestían… aunque en verdad era raro, que estén ahí, donde estábamos nosotros, que nos ocultábamos en lugares lejanos del Pueblo. Me quedé mirándolos y ellos me miraban a mí.
Eran dos hombres, uno era moreno con el pelo largo y vestia muy informal, el otro era rubio y llevaba el pelo corto, casi de punta y al igual que su compañero, también vestia informal.
- Hola, me llamo Marco y este es mi compañero Lucius - dijo el vampiro moreno a mi padre.
Nahuel en ese momento me tironeó del brazo. No cedí quería escuchar lo que decían.
- Nessie, nos tenemos que ir, no me hagas hacerlo por la fuerza – me susurró Nahuel al oído.
- Bien. Vamos.
Cuando nos empezamos a ir, el rubio agregó:
-¿Ustedes son los Cullen, verdad?
¿Nos conocían? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? No entendía nada. Intenté seguir escuchando la conversación pero corrimos tan rápido que no pude. Por un instante se me cruzó por la mente volver, pero mi padre me había dicho que había criaturas que me querían hacer daño, por lo tanto le obedecí. Lo único que querían era cuidarme.